Desde que los experimentos con el Gran Colisionador sorprendieran al mundo, las noticias sobre nuevas investigaciones en torno al origen del Universo no dejan de sucederse.
La última de ellas es la protagonizada por el científico Wun-Yi Shu, de la Universidad Nacional Tsing Hua de Taiwan.
La última de ellas es la protagonizada por el científico Wun-Yi Shu, de la Universidad Nacional Tsing Hua de Taiwan.
El resultado de sus investigaciones es bastante difícil de comprender, especialmente si no se es un experto en la materia. En primer lugar, hay que decir que la suya supone una visión alternativa a la conocida teoría del Big Bang. Según Shu, no habría existido nunca un principio del Universo ni existirá jamás un final.
De acuerdo con el investigador taiwanés el Universo se comportaría como un gran acordeón, contrayéndose y expandiéndose. Hasta este punto, su visión no es nueva. Sin embargo, Shu consigue vencer las dificultades que otros científicos habían encontrado para que esta teoría fuese tomada en serio por falta de datos.
Explica el científico que como consecuencia de esa expansión y contracción del Universo, los valores de tiempo y espacio intercambian sus papeles, actuando la velocidad de la luz como factor de conversión entre ambos. Es decir, cuando el Universo se expande, el tiempo se transforma en el espacio y viceversa. Exactamente lo mismo ocurre con la masa y la longitud.
Esta nueva explicación del origen del Universo implica que tanto la velocidad de la luz como la constante gravitacional no son valores constantes, como normalmente se entienden. De esta forma, la teoría de Shu supera algunos problemas como el horizon problem y el flatness problem, amén de descartar la posible existencia de la "energía oscura".
Mediciones de explosiones de supernovas y datos de distintas observaciones parecen confirmar la nueva teoría.
Fuente | Eliax
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